Abstract:
La tensión entre la Filosofía, la Teología y la Ciencia en el caso concreto del tema y el problema del hombre, es una cuestión históricamente dada. La problemática humana, cuestión susceptible de encararse filosófica, teológica o científicamente, ha impulsado la navegación teórica de filósofos, teólogos y científicos. Max Scheler afirma que no hay una idea unitaria del problema del hombre; en su defecto hay tres grandes círculos de ideas: griega, judeocristiana y “científica”. En este escenario surge la curiosidad por explorar la razón de esta falta de unidad a partir de postular el hecho que con frecuencia triunfa la exclusión entre protagonistas de estos tres grandes círculos de ideas antes que, como se pudiera esperar, la complementariedad y la armonía. Tanto la “ciencia” como la teología recurren a la “autoridad”, el paradigma de la comunidad científica o la Biblia, pero las grandes preguntas formuladas alrededor del fenómeno humano reclaman incesantemente horizontes de respuesta más allá de un pretendido agotamiento de los mismos en la ciencia experimental o la teología, es decir, hubo y habrá lugar para la filosofía, más aún, resulta imperativo que lo haya, si por otra parte, una idea unitaria es imposible donde cualesquier dogmatismo acrítico se impone o intenta imponerse. No parece factible encarar la complejidad de lo humano sin el examen, la reflexión y la crítica a partir de los aportes de la ciencia, ni tampoco en ausencia de postulados cuya razonabilidad depende de la autoridad; en suma, el camino hacia la comprensión del hombre es una empresa de carácter filosófico en tanto se da en la línea de una perspectiva e idea unitaria.