Abstract:
En 2006, en su libro de turismo de aventura, el australiano Ralf Buckley busca separar la modalidad turística del turismo de aventura de otras como el turismo de naturaleza o ecoturismo, definiéndola como una visita guiada, con fines comerciales, donde la atracción principal ocurre en zonas con características particulares, generalmente usando equipo especial y que produce emociones fuertes en los clientes. Actividades relacionadas al turismo de aventura incluyen el montañismo, escalada, esquí, velerismo, cabalgata, ciclismo de montaña, paracaidismo, parapente, rafting y un muy largo etcétera. El turismo de aventura también busca actividades recreacionales específicas basadas en atractivos naturales, buscando la preservación de la naturaleza y la prevención de impactos sobre el ambiente. Este tipo de modalidad de turismo gana cada vez más adeptos y, en países como el Ecuador por la variedad y belleza de paisajes naturales, los turistas aventureros crecen cada año. Una de las formas de turismo de aventura que existe, aunque aún no es muy conocida, es la exploración subterránea. Las personas que bus-can este tipo de aventura lo hacen con la motivación de adentrarse a un mundo desconocido y único en donde se puede experimentar sensaciones nuevas y diferentes a las que normalmente se vive en la superficie. Existe una gran cantidad de espacios subterráneos por procesos de erosión o de disolución de rocas que, en relación a su tamaño o su naturaleza, reciben nombres diversos como grietas, grutas o túneles de lava. Muchas veces estos espacios naturales están rellenos de agua o sustancias como petróleo, pero si no es así, y tienen una comunicación con la superficie, y son suficientemente amplias como para poder ser visitadas por seres humanos, se conoce como cavernas o cuevas.