Abstract:
El uso de las redes sociales en Ecuador ha cambiado las relaciones y el funcionamiento de los sistemas comunicacionales y políticos, derribando barreras de opresión o de información (Coronel Salas, 2016, p. 9), o generando escenarios donde la polarización política ha aumentado las posibilidades de conflicto social, como consecuencia de la existencia de una “esfera pública” que incluye en un espacio de igualdad a actores públicos y privados dentro de una misma plataforma (Haynes, 2016, p. 47). Los últimos 10 años, la profusión de tecnologías de la información y comunicación en el país ha provocado que la acción colectiva, antes sostenida en poderosos actores de veto, expliquen el pobre desarrollo en la política ecuatoriana (Mejía Acosta A. , 2007, p. 9), en espacios descentralizados, fragmentados y desconectados de corrientes hegemónicas (Robinson, pp. 41-67: 63). En ese orden de ideas, la necesidad actual de la comunicación política es aglutinar a estos actores con falta de cohesión en torno a necesidades comunes, con un relato común, basado en una hipótesis negativa: en un sistema centrífugo e inestable como el ecuatoriano, la lealtad de los votantes es pobre y puramente circunstancial (Farrington, 2012, p. 31). La respuesta del sistema político ecuatoriano, ha sido usar las tecnologías de la información y comunicación como elementos para poder romper esas dinámicas y asegurar la permanencia del mensaje y de la persona que sirve como canal del mismo.