Abstract:
Uno de los temas que con más frecuencia convoca las discusiones más intensas dentro del campo del arte está relacionado con el objetivo final del proceso artístico, que a la vez valida la praxis y al mismo artista como agente discursivo dentro de un contexto sociocultural. La pertinencia de la obra, del proceso, de la acción, la intervención, el impacto, los resultados, el autor, etcétera, son temas que complican mucho más este debate. En este sentido, he intentado aportar a esta discusión. Hace un tiempo atrás, en Ecuador se realizó un seminario internacional, que llevaba por nombre «La función del arte, la función del artista». Fueron largas jornadas de tres días seguidos, que, aunque no era la intención del seminario dejar una respuesta, hizo que me planteara algunas interrogantes sobre mi papel como artista visual, antropólogo visual y sobre todo como docente de una carrera de artes visuales, que tiene como misión la formación de nuevos artistas, que se insertarán en los circuitos del país y en el desarrollo de la producción cultural. ¿Cómo nos planteamos la formación de los artistas y a qué recursos acudimos para transformarla? Esa es una de las grandes interrogantes que se presentaba.