Abstract:
Los logros más difundidos, a escala nacional e internacional, por la propaganda del Gobierno de Rafael Correa, fueron los educativos, particularmente en cuanto al acceso en todos los niveles, incluido el universitario. Tal aserto se convirtió en un mito de la denominada Revolución ciudadana, transformada, con los años, en un proceso de concentración de poder en el presidente, convertido en un vigoroso caudillo. La Revolución ciudadana, con desbordante retórica alrededor de los derechos y de la justicia social, paulatinamente implementó políticas sociales y educativas con contenidos y modelos de gestión de corte neoliberal, en el afán de acelerar un proceso de modernización del capitalismo en Ecuador. Los estándares de calidad y los modelos de evaluación estandarizada fueron el signo más potente de la reforma desde 2011. De un caudaloso aumento de la matrícula universitaria desde 2007 hasta 2011, inspirada en la gratuidad, se pasó a la implementación de un sistema de selección y admisión que excluyó del acceso a la universidad a los sectores populares, a los cuales la Revolución decía defender. Había que cernir para formar a los más talentosos. Había que invertir en los más inteligentes. Ese fue el mensaje.